jueves, 19 de agosto de 2010

¿Facebook de luto?

Como todos los inventos sapiens, internet evoluciona al servicio humano planteando soluciones y problemas muy dispares. Este mundo, basado en el desplazamiento de la información, permite a las personas asomarse al mundo virtual, para suplir muchas de sus necesidades comunicativas. Dicho proceso nos permite conocer desde lo que está pasando al otro lado del mundo en el mismo instante, como descubrir el sabor de la tarta de cumpleaños que comeremos mas tarde en la conmemoración de mi compadre.

Es verdaderamente sorprendente, como cada año que pasa, los planteamientos del ciberespacio cambian radicalmente. Surgiendo cada poco tiempo nuevas formas de compartir informacion muy dispares entre sí. Aunque existe una dirección evolutiva bastante clara; la personalización del usuario.

En los inicios de internet el planteamiento era muy distinto, ya que quien accedía a la información era una persona anónima de cualquier parte del mundo. Ahora ya no son personas, son usuarios, los cuales viajan a través de la red con un número llamado IP. Este número que llevamos acuestas en cada rincón que nos paremos, desvela el punto exacto desde donde nos asomamos. Dando así a conocer nuestra nacionalidad, idioma etc… como las leyes que se nos deben aplicar según lo que estemos comunicando o a lo que estemos haciendo. Aun así los usuarios hasta hace poco podían elegir ser todo lo anónimos que quisieran dentro de la red, ya que podían asomarse a la red desde casa, el trabajo o una cafetería. Dentro de un grupo de personas seguíamos siendo alguien inexacto.
Esta inexactitud, descontrol y libre albedrío es algo que siempre, a los largo de la historia de la humanidad, ha puesto los pelos de punta a los señores que mandan. Todos los inventos humanos han tenido una doble evolución contradictoria. Aunque normalmente creados con el afán de mejorar la situación de las personas, los poderes gobernantes de toda índole y con miles de escusas han batallado para arrancar y modificar todas estas creaciones en pos de su inamovible estatus. De ahí el último invento surgido en la red. Las redes sociales.
Con las redes sociales da igual donde te conectes, ya que sabemos quién eres, cuál es tu nombre, las cosas que te gustan y quiénes son tus allegados tanto lejanos como cercanos.

Sin embargo hoy, no voy hablar de lo que yo llamo “la esclavización de la red”. Ni de los distintos tipos de censura imperantes en tal medio. Mi deseo es poner sobre la mesa uno de los problemas que ocasiona este nuevo invento.
Es verdad, que cada invención provoca una nueva concepción del mundo. El valor de las cosas cambian, las distancias se acortan, los esfuerzos tienen mejor recompensa etc… pero también hay a veces hay que plantearse el precio que se paga por estos supuestos adelantos. Y no quiero dar a entender que busco la moral perfecta en todo, pero hay cosas por las que no se debería jugar dada la sensibilidad de algunas situaciones.

Hace unas semanas saltamos de la cama con la tragedia acaecida en la love Parade de Diusburgo. Festivaleros de distintas nacionalidades y edades, pretendían disfrutar de una de las más prestigiosas concentraciones de música electrónica en Europa. La desdicha de muchos vino porque vieron envueltos en una caótica estampida humana. Fueron 21 personas las que murieron asfixiadas y aplastadas en medio del tumulto que se formó en uno de los túneles de acceso. 16 murieron in situ y el resto en el hospital. Dentro de estas víctimas había dos chicas españolas que llevaban estudiando en Alemania todo un año con una beca Erasmus. Y como colofón y despedida de tal experiencia decidieron hacerlo en la Love Parade, con tan mala suerte que se despidieron de verdad. Vamos una autentica tragedia fruto de la mala suerte, según algunos.

Lo escabroso de todo esto, fue encontrar en los medios digitales una foto de Facebook de estas dos chicas con el titular: “Facebook, de luto por la muerte de Marta Acosta y Clara Zapater", tambien en Elmundo.es y en elpais.com entre otros. Debajo de las imagenes expuestas, se lee “foto cedida por una amiga”.

Nunca antes había visto una foto tan tierna y privada de personas muertas en una tragedia tan personal. Publicadas en un tiempo record y dentro de una normalidad tan pasmosa. También creía que era competencia de las familias los derechos de imagen de sus familiares fallecidos y no de sus amigos.
Yo creo que es suficiente para contar la tragedia, explicar su historia y así hacernos conscientes del dolor de sus familiares y amigos más queridos. No hace falta ser tan macabro, ya que no voy a volver a verlas en la vida. Y por supuesto la foto que representa la noticia, normalmente se toma el día de la noticia.
Este tipo de fotos intimas que saltan a los medios habitualmente, son casos de desaparecidos o delincuentes. La imagen se vuelve un instrumento que nos ayuda a reconocer o ayudar en la búsqueda de la persona.
Y no es por ser alarmista, pero a mí me pone los pelos de punta el hecho de que una foto de una noche de borrachera pudiera aparecer en la tele tras mi muerte. ¿Que idea tendrían de la victima?

Igual de escalofriante sería dar una noticia de un accidente de tráfico acompañado de un video de un cumpleaños de la familia que ha muerto. No creo que nadie en su sano juicio aprobara utilizar este tipo de información para explicar su trágico final. El público en vez de pensar en lo triste y desgraciado del accidente, pensaría en lo felices que eran en su vida. Algo que solo los más allegados utilizan para autoconsolarse por tal pérdida. Además de vulnera la vida intima de las personas.

Por no hablar de las solicitudes de amistad de Marta del Castillo que llegan a través de tuenti. Que muchos lo plantearon en su día como una forma de manifestación pública, para encontrar a esta niña. Uf uf uf uf…

Por todo esto quería marcar y cuestionar la utilización de la información que existe en las redes sociales a través de internet. Es un invento nuevo que necesita perfilarse y mejorarse en muchos aspectos. Sobre todo la parte que concierne a la intimidad de las personas. Como un cuchillo afilado que nos puede ayudar a comer y a matar.

En casos así, prefiero que mis fotos estén en el ordenador privado de mis amigos y no en un servidor semipúblico americano. Y así evitar que personas anónimas conozcan como es mi vida antes de muerto, solo con un afán macabramente morboso. Y por supuesto, que nade utilice mi perfil para seguir comunicándose con el mundo, mientras yo esté criando malvas.

-----EL ESCRIBA VOMITANDO----

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